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2 de mayo de 2024





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Nacho Rodríguez: En la Isla no se queda
quien quiere, sino a quien ésta decide aceptar
Este hombre que nació en Colombia, pero que se siente más venezolano que una empanada de cazón, echó raíces en Margarita. Ahora dedica su vida a deleitar los paladares de los lugareños y turistas con su restaurante en Juan Griego.
Mario Guillén Montero | @imathiox

Foto: TANYA MILLÁN

La Galera es el lugar en el que siempre soñó pasar su vida, solo que antes no lo sabía con exactitud. / Foto: TANYA MILLÁN

15 Nov, 2015 | José Ignacio Rodríguez, mejor conocido como "Nacho", es un hombre que con optimismo ha batallado en cada uno de sus retos y en cada oportunidad que se le ha presentado en la vida. Desde muy pequeño en su natal Bogotá (Colombia) soñó con vivir cerca del mar, pues como buen acuariano tiene una conexión con el agua, pero jamás pensó que sería en la Perla del Caribe.

Por cosas del destino, a los 17 años llegó al estado Táchira pues su padrastro era especialista en la construcción de túneles y habían solicitado sus servicios en la construcción de la represa Uribante Caparo.

A pesar de sentirse feliz en el país, definitivamente la movida de este estado no encajó con la forma de ser y con las expectativas de vida de José Ignacio Rodríguez, por lo que empacó sus pocas pertenencias y fijó sus ojos en Caracas para desarrollarse.

Al llegar a Caracas se dedicó a sus estudios universitarios, pero pronto el mundo del comercio lo atrapó y vio en él una buena oportunidad para ganar dinero, por lo que se dedicó de lleno a esa actividad.

Su primera experiencia fue surtiendo de mercancía a los comerciantes del Mercado de Chacao, entonces comenzó a surgir y dio un paso adelante viajando a Aruba, Curazao, Miami y Nueva York en búsqueda de textiles de mayor caché.

"Era una época de mucha bonanza en el país. Recuerdo que el pasaje a Aruba me costó 160 bolívares".

De esos viajes llegó cargado de perfumes, vestidos de diseñador, pero luego de un estudio de mercado descubrió que había una fuerte demanda de ropa interior de dama y por un tiempo esta fue su fuente de ingresos.

Aunque José Ignacio Rodríguez planificaba su vida, ahora se da cuenta que "la vida no se planifica, la vida te lleva". Pronto conocería a un amigo de nacionalidad austriaca que le comentó de un negocio que definitivamente le interesó, la compra y venta de oro y
diamantes.

Fue allí cuando comenzó a trabajar en este medio y viajaba constantemente a la mina La Leona en Upata, en el estado Bolívar.

Con mucho esfuerzo trataron de levantar este negocio pero una desafortunada inversión provocó que perdieran mucho dinero y se fueran a la quiebra.

Ante esto, su socio regresa a Austria pero al llegar nota que su cuerpo se desacostumbró al clima de este país europeo, y llama de nuevo a "Nacho" para decirle que regresará a Venezuela pero esta vez en busca de nuevos horizontes.

Al llegar su compañero de negocios, se va junto a su esposa e hijo en búsqueda de un nuevo lugar donde hacer negocios y prosperar. Visitaron tres lugares Barquisimeto, Puerto La Cruz y Margarita, siendo la Isla la elegida.

"Nacho" sostiene la teoría de que en Margarita no se queda quien quiere, sino quien la Isla acepta. Reconoce que los tres primeros años fueron fuertes pero superada esta etapa la región insular le ha brindado todo su esplendor y calor.

Notó que el mercado inmobiliario era un diamante en bruto en la Isla, pero asevera que su compañero, al ser una persona muy preparada y conocer el mercado europeo, dio con el negocio perfecto, vender inmuebles de la Isla a europeos.

Comenta que a diferencia de Venezuela, en Europa son los pensionados quienes tienen mayores ingresos y buscan emigrar a países cálidos durante su vejez.

Con orgullo dice que este proyecto tardó dos años en consolidarse pero al final le dio muchos frutos y se convirtió en la primera inmobiliaria de este tipo en la región.

Pero todo cambió un día que tomó un café en el antiguo Hotel Flamingo en La Galera, municipio Marcano, y el dueño de este le sugirió comprara el local del frente para montar un restaurante.

Hace 19 años abrió el restaurante El Sitio, el cual ha sido el trabajo que más satisfacción le ha dado pues no sólo logró establecerse, sino que consiguió aliados que son como su familia, pues solo por dar un ejemplo, su cocinera tiene 19 años a su lado. Cuenta que la mayor satisfacción que le ha dado "El Sitio" es ver la conexión emocional de sus clientes con el restaurante.

Familia y estudios

José Ignacio Rodríguez nació en Bogotá, Colombia, el 24 de enero de 1955.

Su madre es Aura Rodríguez y tiene una hermana llamada Carolina.

Estudió dos semestres de Mercadotecnia y uno de Comercio Exterior.

Es divorciado y tiene dos hijos: José Ignacio, quien es ingeniero en sistemas y Tifany, que cursa Derecho en Unimar.




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